Himno Nacional Mexicano y Virgen de Guadalupe ¡Copyright!

| Posted in | Posted on jueves, mayo 20, 2010

(NOTA: Entrada en revisión, quiza aún inconclusa)

Todos los países que forman parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC) están sujetos a las reglas que esta dictamina, incluso los gobiernos de las naciones que la integran deben ajustar todas las actividades y leyes que están relacionadas con la industria, comercio, servicios y propiedad intelectual, rubros que están regidos por dicha organización. Este es el caso de México, que al firmar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el año 1992 quedó desde ese momento condenado y bajo el yugo del capitalismo, y permitió (de manera oficial) que E.U. (maquinador de la OMC) metiera sus narices en todos los ámbitos de la vida nacional y todo aquello que genera un capital.

El firmar un tratado de esta índole significa que se dejarían de lado ciertas restricciones de comercio como políticas y aranceles, y que los mercados estarían sujetos a ciertos estándares y normas que deben de respetarse y seguirse como lineamientos, supone además un intercambio de capitales y participación equitativa de todos los implicados. Esto involucra muchas actividades más que generan ganancias, como la explotación de recursos naturales, la mano de obra, la banca, la educación (que genera capital humano), y todo aquello que pudiese tener un espacio en el mercado y que puede ser vendido como una mercancía (arte, cultura, propiedad intelectual, etc.)


Pero a todo esto yo me cuestiono: ¿En qué momento el seguir las normas para establecer estándares y acuerdos de comercio se trasforma en algo más que vulnera y violenta el patrimonio cultural y nacional de los mexicanos? ¿En qué momento el firmar un tratado significa someterse al más poderoso? ¿Es válido prostituir aquello que le pertenece al pueblo de México? Estas son preguntas que debemos hacernos cuando nos enteramos de cosas como las que están por leer en el siguiente párrafo.

“…Áreas antes protegidas, como medicinas, vegetales, alimentos, organismos vivos, fertilizantes, son ahora propiedad privada, y esto ha llevado a situaciones extremas. Hace poco, por ejemplo, se descubrió que el padrón electoral mexicano (lista y datos de votantes) era propiedad de una empresa estadounidense. Asimismo, que el himno nacional de ese mismo país estaba registrado (copyright) como propiedad de un particular estadounidense y que en la misma situación se encontraba la imagen de la venerable Virgen de Guadalupe…” (*)

¡El Himno Nacional esta es propiedad de de algún particular gringo! ¡Uno de los Símbolos Patrios en manos de E.U.! Lo mismo ocurre con la imagen de la Virgen de Guadalupe, que si bien no todos creemos o somos devotos de ella (o de cualquier otro culto) debemos reconocer que se trata de uno de los iconos más representativos de la cultura mexicana. Y por otro lado ¿Por qué jodidos tiene una empresa estadounidense la información de todos y cada uno de los ciudadanos que formamos parte del padrón electoral?

Para mí todo esto significa perpetuar el colonialismo y someter la cultura del perdedor, disminuirla y desdeñarla, además de seguir explotando los recursos y las tierras de los menos desarrollados.

Lo mismo ocurre con el maíz y un sinfín de productos más que vienen de tierra mexicana y latinoamericana, y que ahora forman parte de la propiedad y del capital de algún país extranjero.

Me parece bastante cuestionable y absurdo que se permita que cosas como estas ocurran y no se haga nada en absoluto por exigir respeto y por dejar de seguir siendo pisoteados. ¿Cuándo dejaremos de ser tan agachones? ¿Seguiremos siendo participes de perpetuar nuestra “inferioridad”? En fin, aquí nos toco vivir.


(*) ABOITES, Hugo. Tratados de libre comercio, educación y educación superior. Fragmento de texto que fue presentado como ponencia en el taller “Las universidades públicas frente a los desafíos de la globalización” organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en el Foro Internacional de la UNESCO “El Nexo entre Políticas y Ciencias Sociales” Buenos Aires, Argentina 20-24 febrero, 2006.


Gracias a Zoe por la información.


Por Mr. Ewok Merrick

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